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Rebeca Bolanos Cubillo

Cincuenta Sombras (o "red flags")

Olvidá tus miedos,

traé tu cuerpo desnudo a mi cama,

te haré pedir clemencia.

Vos no lo sabés, pero el sexo duro

es la mejor terapia.

Aprenderás que vivir dominada

es la mejor forma de existir,

el sexo y la vida son mejores así,

sometida a mí.



Como lectora estoy constantemente expuesta a todo tipo de literatura y dentro de lo posible procuro leer en el idioma original en el que el libro ha sido escrito; así que con todo el bombardeo mediático que supuso este libro, desgraciadamente leí "Fifty Shades of Grey", y sí, lo leí en inglés (nota directa recalcando que obviamente lo entendí, aun en su idioma original).


Para iniciar quiero aclarar que no estoy aquí dando mi opinión sobre el libro como tal, yo no soy crítica y además creo que quien escribe, tiene derecho a escribir según su propio gusto y criterio; aunque se pueden observar en el libro importantes incoherencias, no es ese el fin de este artículo.


Más que expresarme sobre la forma, lo que me llama la atención es el fondo de este libro (y un poco de los otros que le siguieron) y la aceptación pública de un comportamiento violento y abusivo que creí que más bien se estaba tratando de evitar. La historia es narrada por una joven universitaria, virgen y algo ingenua, que conoce y entabla una relación con un hombre poderoso, exitoso, millonario y abusador... ahhh perdón, no era abusador, es más bien un pobre tipo que sufrió mucho cuando niño y por eso se puede poner a veces un poco violento y dominante.


En fin, hasta ahí no hay tanto problema, normal estilo de novela de Corín Tellado que "nos encanta a todas las mujeres", donde la chica ingenua, desconocida y poca cosa se encuentra al hombre que la sacará de una vez por todas de su miseria humana. ¡Dulce!


"Es mucho más que eso", me dirán algunas mujeres por aquí y por allá, es una liberación sexual de la mujer, una puerta a explorar el sado de una manera más abierta y libre, es una historia de amor y poder donde la mujer puede al final dominar a su hombre, es una historia escrita para mujeres de "mente abierta. "Seguro no entendiste el libro".


Bueno, entonces vamos por partes; no le veo nada de malo a los juegos sexuales sado-masoquistas, violentos tal vez a veces, actividades propias de parejas o tríos o lo que sea que cada quien prefiera... Son formas de expresar la sexualidad y punto; el problema aquí es que este libro realmente promueve un estilo de vida basado en una relación abusiva y violenta, como si esto fuera una buena forma de vivir.

De la autora

Anastasia es una virgen, eso significa que nunca antes ha tenido ningún tipo de experiencia sexual... Pero, ¡Oh suerte enorme de la chica, se encuentra a don Perfecto, quien además es una bestia en la cama y la hace experimentar todo tipo de sensaciones orgásmicas repetidas, sostenidas y eternas!

Mientras todo ese erotismo sexual se despliega y más mujeres empiezan a disfrutar más del sado para la felicidad de ellas y sus maridos (me gustaría hacer una encuesta a ver cuántos de esos maridos, incluído don Perfecto, aceptarían que la ahora sado-masoquista esposa que ha descubierto su potencial sexual, experiemente un poco con otros u otras compañeros sexuales), en la vida común y general de esta pareja, que es ahora la "pareja ideal", se dan una serie de situaciones que cualquier programa de atención a la violencia contra la mujer, podría definir fácilmente como señales de alerta; pero que solapados en una historia llena de cursilería, incongruencias y encuentros sexuales descritos a media tinta, parecen ser el ideal de vida para cualquier mujer.

Repetidamente Anastasia se asombra de este hombre, del tamaño de su pene, de cómo ningún otro la ha "afectado" como él... ¡Si era virgen antes de él, qué puñetas va a saber cómo son los otros hombres, de qué tamaño pueden ser otros penes en el momento importante, o de qué manera la podrían "afectar"!

Pero además todo esta fanfarria y drama sexual se acompaña de pequeños importantes detalles, que disfrazados de liberación sexual femenina y apertura de mente, nos devuelven cientos de años en la lucha contra el abuso y el maltrato hacia las mujeres; peor aún, muestra como deseable, alcanzable y valiosa de buscar, una vida con un abusador. ¡Si nuestra sociedad empieza a pensar que esto es lo que las mujeres queremos... estamos en peligro!.

Le limita muchas cosas, le dice cómo actuar en la intimidad... hasta compra la compañía en que ella trabaja... Todo grita posesión, abuso, violencia.

¿Quién está poniendo atención a la violencia emocional y sexual a la que se somete a la protagonista? ¿Quién está observando el parecido que muchas de las escenas tienen con violencia íntima y con situaciones asociadas con lo que les ocurre a mujeres abusadas? Anastasia sufre de los síntomas normales de una mujer abusada y traumatizada: constantemente se siente atemorizada, tiene pérdida de identidad, cambia su comportamiento y miente para mantener la paz en la relación.

Anastasia es el estereotipo de la mujer que está en el tipo de relación que llevamos años peleando, educando, trabajando para que no suceda.

Pero un momento, todo mejora en los otros libros, ella logra domar a su hombre... Claro, de tal manera que hasta piensa en el aborto antes de decirle a él que está embarazada, culpa a su asistente y él responde yéndose de la casa por horas para volver borracho, inculpándola a ella por no utilizar métodos anticonceptivos y golpeando la mesa. Para que al regresar sea ella quien dulcemente le quita las medias y lo arropa para que pueda irse a dormir tranquilo.

Me perdonan los defensores y defensoras de esta "saga", pero someterse a un hombre abusivo, dominador y violento, como forma de "domarlo" para poder complacer y complacerse en la cama, no me parece que sea la mejor manera de mostrarle al mundo lo que las mujeres queremos; no me parece además que sea una forma de mostrarle el mundo a las nuevas generaciones de mujeres y la verdad es que me parece un retroceso enorme en las luchas hacia la igualdad, la liberación y el dominio de nosotras mismas.


Una cosa son los juegos sexuales de cualquier tipo en el cuarto (o donde sea que se den) y otra cosa muy distinta es la dominación y el abuso como estilo de vida aceptado y permitido.

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